Introducción
La información es fundamental ante cualquier situación a abordar por el ser humano, y en el caso de la reproducción humana, no podía ser menos.
En este blog voy a relatar mi experiencia acumulada, de la información a transmitir a los pacientes, en mis últimos 15 años, en esta apasionante especialidad médica de la reproducción asistida.
La población general debe estar informada de lo que se va a encontrar ante una decisión tan importante como es la de procrear y esta información debe facilitársele desde etapas iniciales de formación y continuar reforzándose en la juventud y edad adulta.
A su vez, es imprescindible que cuando los pacientes tienen que recurrir a los profesionales que llevamos sus Ciclos de Reproducción Asistida, la información sea muy clara a la hora de transmitirles opciones de éxito, así como el nivel de conocimiento actual y las limitaciones existentes.
Información a la población general
Bajo mi punto de vista, en edad escolar, se debe informar ya de la importancia del factor edad a la hora de la búsqueda de un embarazo.
Se les debe transmitir que la situación ideal es que antes de los 35 años (edad en la que ya se produce un descenso relevante en la calidad de los óvulos) se deberían haber tenido todos los embarazos que nos planteemos.
Como todos sabemos, esto no va a ser siempre posible, por lo que para aquellas situaciones en las que se pueda prever-intuir que no vamos a tener la descendencia alcanzada a esta edad, los pacientes podrían tener la opción de la preservación ovocitaria, hacia los 30-31 años, de la que más adelante concretaremos algún dato.
El otro escalón en el que los ciudadanos deben tener información sobre su porvenir reproductivo va a ser con su Médico General y con su Especialista en Ginecología y Obstetricia.
El Médico General debe seguir incidiendo en no retrasar el embarazo por encima de los 35 años, y caso contrario, optar por la Preservación de la Fertilidad. A su vez, debería tener cauces abiertos para remitir al Especialista en Obstetricia y Ginecología para que éste valorara con más profundidad a los pacientes.
El Especialista en Obstetricia y Ginecología tiene dos armas a su alcance para valorar la cantidad de la reserva ovárica de la paciente, como son la determinación sérica (analítica en sangre) de Hormona Antimulleriana y el Recuento de Folículos Antrales (el folículo es la estructura del ovario, en cuyo interior está el óvulo) mediante ecografía transvaginal.
Por otro lado, al varón también se le podría evaluar con la realización de un Seminograma básico para tener información sobre sus parámetros seminales.
De esta forma, con la información dada ya desde la etapa escolar y con el contacto con los Médicos, la población debería tener un nivel de conocimiento aceptable sobre sus posibilidades reproductivas a unas edades tempranas, que permitan activar a los Especialistas de Reproducción Asistida cuando fuera preciso.
Información a los pacientes que acuden a una Unidad de Reproducción Asistida
A las Unidades de Reproducción Asistida deberían llegar los pacientes con un nivel de información ya trabajado en las etapas anteriores descritas, lo que permitiría un cierto margen de mejora en las estrategias a implementar.
Pero generalmente llegan a nuestras Unidades, la mayoría de las veces, a unas edades donde la reserva ovárica y/o los parámetros seminales ya están en unos niveles descendidos y con dificultad para mejorarlos en ocasiones.
Los pacientes en la Unidad deben ser informados, en primer lugar, de la importancia del factor EDAD (factor pronóstico más importante) a la hora de la consecución del deseado embarazo.
Una paciente a 38 años tiene sobre un 70-75 % de los embriones con anomalías cromosómicas (aneuploides) y una paciente a 43 años llega al 94 % de embriones aneuploides a esa edad. Estos embriones no van a implantar o se detendrán en etapas precoces (también podrían dar lugar a interrupciones en etapas más tardías).
Esta información deben conocerla los pacientes desde el primer día para que sepan el nivel de dificultad de su caso y puedan obrar en consecuencia a la misma.
Por otro lado, los pacientes deben conocer que no dominamos el 100 % de la Reproducción Asistida y, por tanto, como tantas veces les digo “todo no lo sabemos”.
No disponemos, a momento actual, de la información de la dotación cromosómica del óvulo y del espermatozoide que vamos a emplear para hacer el embrión que se transferirá, ni tampoco somos capaces de intervenir en todo el proceso de la fecundación que acontece tras el ICSI (inyección intracitoplasmática de espermatozoides) o tras la FIV Clásica.
Como les comento a mis pacientes “llegamos hasta donde llegamos” a día de hoy, y lo que conocemos intentamos realizarlo de la mejor forma posible.
Finalmente, en el proceso de preservación de fertilidad (vitrificación/congelación ultrarrápida de los ovocitos) estamos congelando óvulos maduros, pero como hemos comentado, desconocemos su dotación cromosómica y que acontecerá en el proceso de la fecundación y, por tanto, no podemos asegurar embarazo pese a que con esos óvulos deberíamos de tener más opciones que con óvulos de mayor edad.
Con todo lo expuesto, los pacientes deben poder manejar esta información que debe permitirles mejorar sus opciones reproductivas si son valorados desde edades más precoces y, por tanto, con más posibilidades de gestación, y al mismo tiempo, deben conocer las limitaciones con las que el Especialista de Reproducción Asistida lidia en el intento de ayudarles a alcanzar su deseo reproductivo.
Firmado: D. José Mª Martín Vallejo (Especialista en Obstetricia y Ginecología, nº colegiado 464619238. Experto en Reproducción Asistida / Miembro. de la Sociedad Española Fertilidad).